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Órganos Sexuales Femeninos

La vulva designa al conjunto de órganos genitales externos monte de venus, labios mayores y menores, clítoris. Desde un punto de vista anatómico, se incluye también el vestíbulo, el meato urinario, el himen y las glándulas de Bartholin.


El monte de venus: Dicha zona, cuyo nombre viene de la diosa del amor, se denomina también "mons veneris". El monte de venus se encuentra justo debajo del pubis y por encima de la comisura de los labios mayores. Su función es la de "amortiguar" los choques de los amantes que ocurren durante el coito. En la pubertad, esta zona se cubre de pelos, siendo muy sensible al tacto debido a sus numerosas terminaciones nerviosas. Para muchas mujeres, la estimulación de esta zona les resulta tan agradable como la del clítoris.

Los labios mayores: Son los órganos genitales femeninos más externos. Estos dos pliegues de piel, compuestos de un tejido adiposo, miden de 7 a 8 cm de longitud. Los labios mayores se juntan, cubriendo los labios menores y el clítoris, y poseen numerosas glándulas y terminaciones nerviosas. Durante la excitación sexual, el aumento del flujo sanguíneo en esta zona los hincha, provocando su abertura; es entonces cuando descubren el orificio vaginal para facilitar la penetración. Este fenómeno es mucho más aparente en las mujeres que han tenido niños. Al revés, después de la menopausia, los labios mayores se vuelven más delgados, perdiendo la mayoría del tejido adiposo que les daba forma : el flujo sanguíneo y la abertura son menores.

Los labios menores: Denominados también "ninfas", rodean la entrada (o vestíbulo) de la vagina. Se extienden desde el orificio vaginal, que cierran y protegen, al clítoris. Al no tener células adiposas, son menos espesos que los labios mayores, pero son más sensibles, debido a sus numerosas terminaciones nerviosas. Los diminutos vasos sanguíneos de su tejido adiposo son los responsables de un cambio de color, provocado por la excitación: del rosa pálido pasan al rojo vivo o al ámbar (en ese momento, la mujer tiene todas las probabilidades de alcanzar el orgasmo). Simultáneamente, los labios se vuelven más voluminosos debido al aumento del flujo sanguíneo que los "hincha". La "macroninfia" es un término que designa el desarrollo anormal de los labios menores. Después del orgasmo, los labios mayores y menores recuperan su forma y tamaño habituales.

El clítoris - un pene en miniatura: Situado en la parte superior de la vulva, justo en donde los labios menores se unen, este órgano eréctil posee numerosas terminaciones nerviosas. Como el pene, en el clítoris hay una parte interna y una parte externa. Está compuesto de un glande (botón diminuto situado en su extremo), y de una parte más larga, el hampa, que suele estar recubierta por el tejido de los labios menores. Está también compuesto de dos partes simétricas: los cuerpos cavernosos, parecidos a los del pene; sus numerosas terminaciones nerviosas convierten a esta zona en una de las más sensibles. Al ser estimulado, entra en erección, aunque no se pone tan rígido como el pene. El glande y el hampa aumentan su aporte sanguíneo, incrementando su volumen, el clítoris se levanta y se vuelve sumamente sensible al tacto. El glande puede incluso duplicar su diámetro. Ahora bien, el tamaño del clítoris no es siempre proporcional al grado de excitación.

La vagina: La vagina está situada entre el vestíbulo (parte que se extiende desde los labios menores al orificio vaginal y al clítoris) y el cuello del útero. Mide de 7 a 10 cm de longitud y está compuesto por tres capas de tejido : la mucosa es la capa superficial que se puede tocar; es muy parecida al interior de la boca o de las mejillas, aunque no es completamente lisa.La segunda capa es el tejido muscular, que se concentra, principalmente, en el último tercio de la vagina. Por último, la capa más interna está compuesta por un tejido fibroso que comunica con otras estructuras anatómicas.Un líquido protege la vagina de los gérmenes infecciosos. El ácido fabricado por unas bacterias de la vagina se encarga de eliminar a estos gérmenes. Por lo tanto, resulta inútil e incluso perjudicial lavarse frecuentemente la vagina. Cuando está en estado de reposo, la vagina se asemeja a un tubo aplanado. Muchas personas piensan que se trata de un espacio siempre abierto o un agujero, pero en realidad es un espacio potencial. Este canal muscular es muy elástico : uno puede introducir un tampón o un dedo y se puede adaptar al tamaño y volumen de cualquier tipo de pene. La máxima dilatación ocurre durante el alumbramiento, cuando deja pasar la cabeza del bebé. Las paredes vaginales no tienen muchas terminaciones nerviosas, por lo que no son muy sensibles al tacto. La parte más sensible de la vagina es su primer tercio, justo después del orificio: allí se localizan el 90% de las terminaciones nerviosas. Sometidos a una excitación, los vasos sanguíneos del tejido vaginal se inflan de sangre, empujando el líquido del tejido contra las paredes. Dicho líquido no es solamente un signo de excitación sexual, sino que actúa también como lubrificante natural. Una lubrificación vaginal deficiente puede ser debida a causas físicas o emocionales. El origen del problema puede estar en una deficiencia hormonal, una infección o un quiste. A menudo, la ingestión de una píldora con un alto nivel de progesterona puede contribuir a disminuir la lubrificación. Tampoco deben olvidarse los problemas emocionales: los sentimientos pueden bloquear las respuestas físicas naturales. Lo mejor es pedir ayuda médica. La lubrificación vaginal disminuye normalmente con la edad: es un cambio físico natural que no acarrea problemas físicos o psicológicos. Después de la menopausia, el cuerpo produce menos estrógenos, lo que se refleja (salvo terapia de sustitución) en unas paredes más finas. Además, la vagina suele volverse más pequeña, estrecha, y su capacidad para aumentar de tamaño durante la excitación ya no es como antes. Si la mujer no toma estrógenos de sustitución, deberá utilizar lubrificantes artificiales y dedicarle más tiempo a los preliminares, con lo que evitará las penetraciones dolorosas.

A menudo, después de un embarazo, los músculos de la vagina suelen estar un poco distendidos, por lo que algunas mujeres sentirán menos placer durante el coito. Los ejercicios de Kegel pueden reforzar los músculos y devolverles su tono.

El útero: Este órgano, con forma de pera aplanada e invertida, se sitúa entre la vejiga y el recto (por encima de la vagina y debajo del intestino). Dicha cavidad está recubierta por una capa mucosa, el endometrio, cuyo espesor varía durante el ciclo hormonal; irrigado por numerosos vasos sanguíneos, el endómetro se vuelve más espeso, se hincha y se desprende parcialmente, para ser expulsado en cada menstruación. En la mujer embarazada, el endometrio da lugar a la placenta. Durante el embarazo, el útero se hipertrofia progresivamente, aumentando de volumen para poder dar cabida al feto. El útero puede estar inflamado o infectado cuando las mucosas uterinas se desarrollan en las trompas, los ovarios o incluso el intestino grueso, se habla de endometriosis. Los tumores pueden ser benignos o malignos. Si se descubre a tiempo, el cáncer de útero puede ser tratado fácilmente: basta con hacer una revisión cada año.

El cuello uterino (o cérvix): Situado al fondo de la vagina, en la base del útero, mide unos 2,5 cm de longitud, terminándose en el "hocico de tenca", que sobresale de la vagina. Dicho conducto cervical es utilizado para la evacuación de sangre, durante las reglas. En la ovulación, se producen secreciones (o "flema cervical"), que facilitan el acceso de los espermatozoides al útero y a las trompas de Falopio. Si la mujer no ha tenido niños, su orificio será redondo y pequeñito. Este orificio se dilatará en el embarazo. Los frottis, realizados por el ginecólogo, permiten detectar una posible infección o cáncer.

Los ovarios: Tienen dos funciones : producir los óvulos y secretar hormonas. Ya desde el nacimiento, cuentan con la cantidad definitiva de óvulos (unos 400. 000).

Las trompas de Falopio: Son dos conductos estrechos, de unos 10 o 12 cm de longitud, que comunican los ovarios con el útero. Es ahí donde se produce el encuentro y la fecundación del óvulo por los espermatozoides.

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